sábado, 23 de febrero de 2008

La corte Heian y 4000 páginas de romances e historia


Japón no tuvo una capital consolidada hasta el siglo VIII. Anteriormente, la corte se iba trasladando de ciudad en ciudad, hecho que dificultaba la implantación de las reformas Taika. Estas reformas políticas, no establecidas hasta el año 645 con el príncipe Shotoku, comportaban que el país y la población japonesa estuvieran subordinadas a la jurisdicción de un gobierno central, un gobierno instaurado con la creación de una capital. La emperatriz Gemmyo o emperatriz Shotoku erigió el valle de Yamato, situado en Nara, para fundar la capital. . La cultura poética gozó de gran consideración. Nara se convirtió en centro cultural, pues, entre otras obras, allí se escribió Kojiki. Después del fallecimiento de la emperatriz Shotoku (año 770), que trajo consigo la debilitación del ejército japonés y ciertas dificultades en el sector de la agricultura, asume el trono el príncipe imperial Shirakabe, nombrado Emperador Konin.

La época Heian se inicia en el año 794 con el traslado de la capital a Uda (la actual Kyoto). La palabra Heian-kyo significa ‘ciudad de paz y tranquilidad’. Esta era es considerada como uno de los puntos álgidos de la cultura japonesa y fundadora del feudalismo (periodo samurai).

La decadencia del imperio Tang estimuló la consolidación de la cultura clásica japonesa y la vida de la nobleza. La característica más notoria de la vida cortesana en Heian es des­aparición de la preferencia a los artículos procedencia china. Este matiz también influyó en la arquitectura de los palacios del imperio. También se cultivó un nuevo estilo pictórico llamado Yamato, que trataba de ilustrar sucesos históricos del país. Sin embargo, la literatura aristócrata fue la que más enriqueció la cultura de la corte Heian, gracias a la creación de la escritura Kana. Pues aunque el idioma oficial del imperio era el chino, tan sólo los varones podían usarlo. Esta nueva escritura permitía a las mujeres dejar constancia de sus sentimientos, sobre todo por lo que respeta a la relevancia del erotismo.
En plena época de resplandor cultural, Murasaki Shikibu escribió una obra cumbre de fuerte introspección: Genji Monogatari, que retrata las inquietudes sociales de la época, aquellos sentimientos más intrínsecos del ser humano. El matrimonio de Shikibu con un miembro de la corte imperial le permitió conocer el comportamiento y la ideología Heian que claramente manifiesta en la caracterización de los personajes de su obra. Gracias a esta obra literaria hemos podido acercarnos minuciosamente a la realidad medieval Heian.

“Soy como la luna que cruza el cielo
ignorando la amenaza de las crueles colinas;
navega a gran altura, pero de pronto
puede eclipsarse su luz” (Genji Monogatari)

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