miércoles, 16 de abril de 2008

Un viaje que nunca termina



General, your tank

is a powerful vehicle

it smashes down forests

and crushes a hundred men.

But it has one defect: it needs a driver


General, your bomber is powerful

it flies faster than a storm

and carries more than an elephant.

But it has one defect: it needs a mechanic


General, man is very useful.

He can fly and he can kill.

But he has one defect: he can think


by B. Brecht



Cubierta de personajes insólitos, un prólogo seguido de nueve capítulos y un escenario negro delimitado por las líneas de una tiza, Dogville proyectaba en 2003 una radiografía de la mezquindad del alma humana. Un talento innato para retratar la franja más egoísta, cínica y sombría iba de la mano de Lars Von Trier, su director.

Retrocedamos un margen de tiempo:
Berlín. 28 de agosto de 1928, Die Dreigroschenoper, obra con que Bertolt Brech caricaturizaba al mundo capitalista y dirigía una mirada de lo más ortodoxa sobre la soledad humana. Lo que él mismo designó como ‘efecto distanciamiento’. Ese anhelo por refugiar su individualidad contra el telón de fondo del estricto conformismo es rescatado sagazmente por Lars Von Trier. El teatro épico brechtiano pues, coexiste como uno de sus preceptores más sugerentes que abordaron la falsa socialización del individuo.
Debido a una desviación del poder del pueblo (democracia de ‘cuatro gatos’) se generan continuos desequilibrios que brotan en el colectivo e impiden realizar aquello que se desea. Así pues, la misma sociedad actúa como un grupo de personas que se preocupan por sí mismas para conquistar sus propósitos.
El poder corrompe en todas partes, incluso en Dogville. Concretamente, el poder del silencio, destructor de aquello imprevisible que siempre acontece.
Esta vez, Lars Von Trier ha decidido emprender otro ataque contra la humanidad desde la región alemana de Renania, al que ha bautizado como ‘Anticristo’. En el rodaje, oprimidos serán convertidos en opresores y viceversa. Todos ellos recordarán que en todo lo bueno hay algo malo, que todo es perfectible pero nada perfecto. Una visión moral de un viaje que nunca termina...


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